Recientemente, llegó a mí esta serie titulada en inglés Sharp objects, estrenada en el 2018, y distribuida a través de la cadena televisiva HBO. Es verdad que los temas de lo femenino y las narrativas transgeneracionales llamaron sobradamente mi atención; pero lo que realmente me llevó a verla es ver en el reparto a una estrella del alto perfil, nominada en varias ocasiones al premio Oscar: Amy Adams.
En 2019, con Sharp objects, Adams obtuvo el Premio Satellite a la Mejor Actriz de Miniserie para Televisión, un Globo de Oro también por su actuación y un TCA Award por Mejor Logro Individual en Drama. Por otra parte, la serie recibió el premio Gotham a la Mejor Miniserie Nueva en Formato Largo. En Sharp objects, Amy Adams funge como productora ejecutiva, además de protagonizar -en los 8 capítulos que dura la serie-, interpretando a Camille Preaker, una periodista pelirroja, venida a menos y con un pasado familiar a cuestas.
Sabemos que las series están de moda, pues, además de que no pierden vigencia, no salen de circulación tan prontamente como un largometraje. La garantía al ver Sharp objects es que apreciarán una miniserie con excelente producción, la cual sigue cosechando auges, acumulando, nada más y nada menos que 51 nominaciones. Cabe decir que la prestigiada plataforma Internet Movie Data Base califica a Sharp objects con un 8.1/10; en Rotten Tomatoes fue evaluada con un 8.39, calificación alta para una miniserie de televisión.
A primera vista, y desde el teaser, en la premisa básica de Sharp objects es enganchante, pues se plantea, de inicio, un asunto detectivesco: hay ya dos feminicidios reportados en la localidad, donde la protagonista, Camille Preaker creció, derivando sospechas que nos lleva a recordar el dicho popular “pueblo chico, infierno grande”. La variante del conflicto es que Camille no es ni policía, ni la detective a cargo del caso; funge como periodista y ha sido asignada para documentar la historia y derivar la nota roja correspondiente; así, este conflicto pone a Camille ante su mayor reto profesional hasta el momento, pero también ante la amenaza de ir al lugar en donde habitan sus fantasmas del pasado. Ya luego se advierte que Camille tiene estrecha relación (al estilo de un tutor) con su editor, quien será su contacto con la realidad y con el presente. Insidiosamente, Camille destila cierto desarreglo, tanto físico, como emocional, que se pone en manifiesto especialmente cuando conduce su viejo auto y cuando se refugia en el alcohol. Así, el tener un protagonista bella, pero imperfecta, rodeada de un halo de secretismo, pero con cierta dulzura rancia, causa intriga y lleva a cualquier espectador a preguntarse: ¿qué fue lo le sucedió en la adolescencia a esta niña pelirroja de familia tradicional?
Sharp objects deriva de la adaptación de la novela del mismo nombre, escrita por la periodista y escritora estadounidense Gillian Flynn (también autora de Gone Girl). Sharp objects fue dirigida por Jean-Mark Vallée -quien estuvo a cargo de la serie prestigiada serie para televisión Little Big Lies-; y hace morder el anzuelo a aquel que crea que el meollo del asunto es “simplemente” descubrir al asesino detrás de las muertes de dos chicas de la localidad.
Cuando la protagonista debe regresar a su localidad, para luego instalarse en la tradicional casona de sus padres, poco a poco sucede una inmersión física, pero espiritual que pone a Camille de nueva cuenta en asuntos sin develar de su adolescencia, de donde ella salió mal librada y mal valorada por sus mismos padres tradicionalistas. Poco a poco, Camille deja de ser la periodista Preaker para regresar a ser la hija de familia afectada por el prejuicioso, rígido y desviado comportamiento de la madre inmaculada. Paulatinamente, la historia familiar de los Crellin se despliega como una honda telaraña, poniendo en manifiesto asuntos relacionales extraños, donde toda una descendencia de mujeres Crellin se ven perjudicadas por Adora, la madre. De las tres hermanas sobreviven dos: Camille y Amma, la pequeña y echada a perder de la familia. Al espectador de Sharp objects le parecerá anormal la relación madre-hija entre Adora y Amma; asimismo, la doble moral que exhibe la joven adolescente Amma desde el primer capítulo. Más allá, se advertirá la castrada paternidad de Allan Crellin, quien siempre se evade a través de la música. Ya, finalmente, a manera de flashazos entre el pasado y el presente, la tensión narrativa de la serie está construida a través de los fragmentos fugaces de la adolescencia de Camille, quien se advierte terriblemente rechazada y reprimida por la madre. Por cierto, como dato curioso, quien interpreta a Camille de adolescente es Sophia Lillis, a quien reconocemos en la saga de Eso (It), donde interpretó a la única chica que formaba parte de “los perdedores”.
¿Por qué ver Sharp objects?
Creo que en estos días las series son "lo de hoy", pues, en empatía con sus fuentes, las novelas, permiten al espectador apreciar el desarrollo y evolución de un personaje redondo, complejo, lleno de aristas, como es el caso de Camille, ya sea en su versión Preaker o Crellin (¡y conste que por eso inicié esta reseña avisando quién estaba a cargo de interpretar al personaje protagónico!). Definitivamente, la actriz estelar recomienda la serie. Por otro lado, a lo largo de los 8 episodios, Sharp objects presenta interesantes subtramas, mediante personajes secundarios, bien coadyuvantes, bien oponentes, quienes terminan de enmarcar el contexto de una localidad que destila los vicios y costumbres de su cotidianidad, pero que saltan del renglón cuando hay una amenaza de muerte entre las niñas de su comunidad. En este respecto, el ya trillado asunto del asesino serial sí logra salir de lo predecible: les aseguro que no podrán jamás imaginar de quién se trata, sino hasta el último capítulo. El clímax de plot twist es por demás tenso, revelador y emocionante; realmente los dejará pensando y repasando en los capítulos anteriores para verificar dónde se soltó la pista que, incautos, dejamos pasar.
Por otro lado, Sharp objects o Heridas abiertas (en español) tiene ese plus de no enfocarse únicamente en el asunto de los asesinatos de forma superficial y sangrienta, sino que plantea el asunto del asesinato-asesino desde adentro, desde la urdimbre de de una desviación psicológica y moral que pone a los Crellin en la mira y como sospechosos comunes. Sharp objects pone en evidencia que la instrucción y experiencia que recibimos de nuestros consanguíneos nos marcan y nos dejan cicatrices de por vida; asimismo, cómo dentro de las mejores familias pueden existir secretos terribles que siguen causando estragos generación tras generación.
Fuente consultada
Vallée, Jean-Mark. Sharp objects. Estados Unidos: HB0, 2018.
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