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Foto del escritorSandy Blackstar

Big little lies

Actualizado: 26 feb 2020

Segunda temporada con todo y Meryl Streep a bordo




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Streep, la madre que es capaz de vengar a su hijo más allá de la muerte.

En esta segunda temporada de Big Little Lies se suma al elenco, en calidad de antagonista, nada más y nada menos que la actriz de talla mayúscula Meryl Streep, interpretando a la madre del fallecido Perry Wright.”

Este magnífico personaje (Mary Louis Wright) crea la tensión constante en medio de las charlas privadas y furtivas de las amigas; realmente es una intrusa que, en esta segunda temporada de la serie, hace un daño letal a la tranquilidad del grupo de amigas.



En esta segunda temporada los personajes adquieren gran profundidad, a través de revelar sus aspectos más sombríos, en medio de su cotidianidad


Los actantes secundarios destacan en esta temporada: la madre dominante, y otrora violenta, de Bonnie Carlson, el apacible y carismático esposo de Madeline (Reese Whitherspoon), Ed Makenzie (Adam Scott), quien, a través de humor negro, pone en evidencia cómo todos los miembros de una familia resultan afectados con la madre perturbada. Gordon Klein, esposo de Renata (Laura Dern), realiza el estupendo papel del magnate sometido a la vergüenza de la bancarrota.

¿Quién de las cinco cometió el crimen?

Desde los primeros minutos del primer capítulo ya sabemos que fue Bonnie Carlson (interpretada por Zoë Kravitz).

Quizás si les digo que la serie Big Little lies va de las peripecias que comparten un grupo de señoras, clase alta, con niños pequeños, podrían decirme que todo ello suena a banalidad. Pero si en adición observamos que todas ellas han estrechado lazos, en torno a un fatal accidente que derivó en la muerte del esposo de una de ellas, la circunstancias que las unen, además de polémicas, parecen sumergirnos en aguas más profundas, donde subyacen miedos ulteriores, estructuras familiares, debilidades y fortalezas de carácter de cada una de ellas. ¿Quién de las cinco cometió el crimen? Desde los primeros minutos del primer capítulo ya sabemos que fue Bonnie Carlson (interpretada por Zoë Kravitz). El intrigante conflicto escala dimensiones cuando nos preguntamos ¿cuáles fueron sus razones de peso para empujar a ese hombre por las escaleras, mientras agredía a Celeste, su esposa (interpretada por Nicole Kidman)? ¿Serán capaces las cinco cómplices y protagonistas de la serie guardar juntas el secreto, sosteniendo que Perry Wright (Alexander Skarsgärd) resbaló; y todo esto sobrellevando el día a día con sus hijos y con los problemas de entorno que cada una de ellas enfrenta?

En esta segunda temporada de Big Little Lies se suma al elenco, en calidad de antagonista, nada más y nada menos que la actriz de talla mayúscula Meryl Streep, interpretando a la madre del fallecido Perry Wright. La evolución de su personaje es monstruosa, y tan “Meryl” que realmente cuando menos te das cuenta ya estás detestando a la entrometida, sigilosa y ácida suegra-abuela, quien está decidida a averiguar por su cuenta cómo es que su hijo rodó por las escaleras, cuando hay una serie de circunstancias aledañas a las testigos, donde podría haber un cabo suelto que le permita conocer quién asesinó a su hijo? Este magnífico personaje (Mary Louis Wright) crea la tensión constante en medio de las charlas privadas y furtivas de las amigas, pues se aparece con el comentario malicioso e incriminador, cuando menos se lo esperan; realmente es una intrusa que en los últimos capítulos de la segunda temporada hace un daño letal a la tranquilidad del grupo de amigas, y, específicamente, a la familia de Celeste, pues se le ocurre abiertamente, que ella es la mejor opción para ser tutora de los gemelos de Celeste, dado el desequilibrio emocional que ésta presenta.


Como era de esperar, la serie es impecable en su hechura, desde los créditos, hasta la pulida estructura narrativa de cada episodio; también no descuida en lo absoluto las subtramas de personajes secundarios, quienes inciden de manera oportuna y tridimensional, desde su calidad de coadyuvantes, para atizar o para dar la fina pincelada al ambiente conflictivo, dentro de los hogares de cada una de estas mujeres. A destacar, en esta categoría de actantes secundarios: la madre dominante, y otrora violenta, de Bonnie Carlson, el apacible y carismático esposo de Madeline (Reese Whitherspoon), Ed Makenzie (Adam Scott), quien, a través de humor negro, pone en evidencia cómo todos los miembros de una familia resultan afectados, cuando la madre se halla irascible o perturbada. Gordon Klein, esposo de Renata (Laura Dern), realiza el estupendo papel del magnate sometido a la vergüenza de la bancarrota; la bondad de su interpretación es que abandona el estereotipo para entregar a un tipo ambicioso, que comete errores, que ha sido infiel, que es cínico, pero que a pesar de todo ello, intenta sobrellevar el estrés, y que, por extraño que parezca, a su manera, realmente ama a su esposa y a su hija.

Algo a valorar realmente de esta segunda temporada es la profundidad que adquieren los personajes, a través de revelar sus aspectos más sombríos, en medio de su cotidianidad: Madeline es una frágil y amorosa mujer, quien realmente no quiere perder a su esposo, a pesar de haberle sido infiel. Renata se muestra fuerte, comprometida y valiente, cuando se da cuenta de que, a pesar de la bancarrota, desea mantener a su familia unida, punto y aparte “del qué dirán” y de la decepción fatal que ha sufrido con la cuesta abajo de su esposo. Jane (Shailene Woodley) enfrenta, con coraje y amor, el dolor de criar sola a un hijo, al cual adora, pero que es producto de una violación; también, en esta temporada comienza a visitar las aguas de un nuevo amor, a pesar de todos los efectos postrauma que derivó la experiencia de haber sido ultrajada. Bonnie Carlson muestra que detrás de su silencio reposa una víctima de abuso físico y psicológico, perpetratado por su misma madre, lo cual la hace ser una persona retraída, desconfiada y casi inexpresiva. Y finalmente Celeste, quien enseña cómo el peor enemigo duerme en casa: ¿quién supondría que la dulce y serena abuela de sus hijos, sería la misma persona quien la ponga ante un juez, haciendo escarnio público de su persona y poniendo en evidencia sus cualidades como madre?



La tremenda dirección de escena de Big Little Lies realmente hace que el espectador respire ahí adentro, y que empatice con alguno de los personajes protagónicos o secundarios. Sin lugar a dudas, la serie televisiva, transmitida por HBO, se pone muy aparte de los dramas televisivos de cajón, donde abundan los clichés, o donde siempre prevalece un tono cómico tan desenfadado como agringado. Big Little Lies trata de manera polifacética y singular el tema de las caras de la feminidad, vista desde los ángulos varios de familias distintas, ricas o pobres, funcionales o tóxicas. Sin lugar a dudas, es estupendo y muy bien cuidado el trabajo hecho en los 7 episodios de esta serie. En la escena última, y a manera de moraleja (y sin hacerles el spoiler) tan redonda serie revela que el poder radica dentro de una misma, cuando se saca el coraje para enfrentar la adversidad; sin embargo, la unión hace la fuerza, y más vale enfrentar los retos con verdaderas amigas, con quienes no se exhiban antifaces. Finalmente “esas pequeñas mentiras” que se comparte entre amigas puede ser el ojo del huracán en la vida de una mujer, y por ende, el destino ineludible de toda una familia.

¿Y quién lo dijo?


"Ninguna de nosotras ve las cosas como realmente son, sino como somos nosotras realmente" (Zoë Kravitz).



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